martes, 21 de marzo de 2017

18 y 19

Durante el largo camino iba Bastian cantando su canción favorita. Estaba lloviendo muchísimo. Mientras tanto se preguntaba si había sido realmente buena idea poner en peligro a la princesa Oglamar. ¿Y si el dragón la mataba? No podría perdonárselo.
Una noche, mientras estaban alrededor del fuego, Atreyu quería hablar de Christa, pero Bastián ya no se acordaba de ella, ni del mundo real. Más tarde Atreyu le dijo a Bastián que AURYN le estaba borrando los recuerdos que tenía del mundo real con cada deseo que pedía.
Bastían pensó que era mentira y que Atreyu sólo le quería robar ÁURYN, así que no le hizo caso. Más tarde escucharon un ruido muy raro. Se levantaron y vieron que eran los ayayai, las criaturas más infelices de fantasía.
Bastián los quería ayudar, para que no estuvieran tan desgraciados y tristes, así que trató de cambiarles, dándoles un nuevo nombre. Les llamó los schlabuffos, los que se ríen siempre. Luego se fue a dormir. Cuando se despertaron por la mañana, vieron a los schlabuffos destrozando una de las torres que habían estado construyendo. Bastián intentó hacerles entrar en razón, pero ellos ya no se acordaban de él, ni de que antes habían sido unos desgraciados. Bastián ya no estaba seguro de haber hecho una cosa buena al haber transformado a los ayayai.
La lluvia había cesado por fin, y la comitiva estaba atravesando una zona rocosa. Después de un par de días, de noche, Atreyu le dijo a Bastián que si quería montar sobre Fújur, Bastián dijo que sí enérgicamente, y se montó. el vuelo le recordó a cuando había montado sobre Graógraman, pero era muy diferente, más rápido.
Una noche, Atreyu volvió a sacar el tema de los deseos, diciéndole a Bastián que tenía que volver a su casa, que su padre lo estaría esperando. Bastián le dijo con cierta malicia que su padre a lo mejor se alegraba y todo de que Bastián se hubiera ido. Bastián se ofendió, diciéndoles que ellos sólo querían deshacerse de él cuanto antes.
Los tres caballeros, mientras tanto, habían salido a cazar. Poco después de que acabaran la discución, volvieron con una perdiz, un faisán y una liebre.
Siguieron el viaje hasta que llegaron a un castillo en ruinas, donde pasaron la noche. Al día siguiente, cabalgaron hasta el atardecer. Cuando acamparon, se dieron cuenta de que habían descrito un círculo enorme, y que habían acabado donde empezaron aquella mañana. Se fuerona dormir, y al día siguiente pasó lo mismo. Cuando Bastián llevó a yicha con los caballos, ella le dijo que sabía por qué no avanzaban. Era porque Bastián no quería avanzar. Le dijo que hasta entonces habían estado yendo hacia la Torre de Marfil. Eso le animó a Bastián.
A la mañana siguiente, Atreyu le dijo lo mismo, y Bastián le dijo que ya no iba a hacer caso de su consejo, ya que desde que lo había seguido, no habían avanzado. Aquél día avanzaron mucho, y llegaron al linde del bosque.
Eligieron como campamento un fortín abandonado, y como siempre hacía, Fújur se durmió volando. A la mañana siguiente, llegaron siete seres, y dijeron que querían unirse a la comitiva de Bastián. Bastián les dejó unirse y se pusieron en camino. A lo largo del día iban llegando otros seres que querían unirse también. Al final del día eran alrededor de cien, con los tres caballeros y Bastián a la cabeza de la comitiva. Al acampar aquella noche Bastián y Atreyu recogieron musgo para hacerse una cama cómoda. El aire estaba caliente, y había algo en él que anunciaba desgracias.

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